Cuidar a una persona mayor o con movilidad reducida es una de las tareas más nobles y a la vez más exigentes que existen. Detrás de cada gesto de ayuda —levantar, asear, vestir, movilizar— hay amor, paciencia y un esfuerzo físico que pocas veces se ve. Pero el cuidador también necesita cuidarse. Esta guía está pensada para eso: ayudarte a proteger tu salud mientras cuidas de quien te importa. ¿Por qué se lesionan tantos cuidadores? Más del 70 % de los cuidadores familiares sufre dolor lumbar, cervical o de hombros por cargas repetidas, malas posturas o movimientos bruscos. Las situaciones que más lesiones generan son: Levantar a la persona desde la cama. Transferencias cama–silla o silla–baño. Ayudar a ducharse o incorporarse del WC. Sujetar el peso de la persona cuando pierde equilibrio. Girar a la persona en la cama para higiene o cambios posturales. El problema no es falta de fuerza, sino falta de herramientas adecuadas y de técnica de movilización segura. Las reglas básicas para no lesionarte 1. Protege tu espalda: nunca levantes a pulso Evita hacer fuerza con la zona lumbar. Mantén la espalda recta, flexiona rodillas y acerca a la persona a tu cuerpo antes de moverla….